HOMERO EN LA UNIVERSIDAD
La universidad es el sitio o el espacio donde se educa o se brinda la enseñanza de la educación superior para formarnos como profesionales del mañana; pero la universidad no solo es el espacio físico, son también todas aquellas personas que día a día nos aportan conocimientos de vida. La principal enseñanza que se brinda o se enseña es en el hogar.
Cuando iniciamos la vida universitaria hay muchos estudiantes que no tienen claro lo que de verdad quieren, este fue el caso de Homero que no planteó sus metas, sus propósitos desde un comienzo y por eso solo pensaba en como hacer maldades en la universidad o la forma de cómo no aburrirse dejando lo que de verdad es estudiar para formarte como profesional. La universidad es como una cajita de sorpresas que diariamente descubrimos algo distinto, pero es ahí cuando debemos saber actuar de acuerdo a nuestros valores que nos enseñaron nuestros padres y que cuando nos regañaban o nos corregían era solo por formarnos como personas maduras, correctas, capaces de asumir responsabilidades y sobre todo capaces de saber elegir la mejor decisión, distinguir lo bueno de lo malo, siendo autoritario y ecuánime.
El rendimiento académico en la universidad depende exclusivamente del estudiante, debemos revisar diariamente como vamos de acuerdo a las materias que damos, tener claro a que se va a una universidad, dejar las malas amistades y escoger nuestro grupo de estudio o si lo prefieren estudiar solos.
Los fines de la universidad entre otras cosas, tiene en primer término, el cometido de impartir la enseñanza pública superior en todos los planos de la cultura y de habilitar para el ejercicio de las profesiones. Uno de los rasgos que distinguen a la enseñanza superior de la mera enseñanza terciaria, consiste en que la primera, tiende a formar espíritus que puedan continuar por si mismos la profundización y extensión de conocimientos especializados, esto es, crea en las personas, no un simple adiestramiento, sino además, la aptitud para la solución de problemas: la enseñanza superior enseña a pensar, forma hombres con autonomía y capacidad de pensamiento, con la inventiva o imaginación científica necesarias para resolver, no problemas que ya se les han presentado, sino aquellos nuevos para los cuales se requiere que adopten una solución en virtud de su aptitud para pensar por sí y de un modo científico y racional.
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